Al estar rodeados y bombardeados por información constantemente, ya no es suficiente que las marcas sepan comunicar sus mensajes. Deben saber comunicar diferenciándose. Es por ello que muchos optan por contar con los servicios de influencers para sus campañas. Pero, ¿vale cualquiera?

Que un influencer ponga voz a una marca puede ser un arma de doble filo. La cultura de la cancelación está a la orden del día y la rapidez en la que se pueden ver envueltos en polémica es inmediata. Es por ello que existe tendencia a colaborar con influencers comprometidos con causas sociales. Esto resulta más atractivo para aquellas empresas que tengan claros sus valores en relación a derechos del colectivo LGBTI, diversidad funcional, medioambiente, racismo…

Algún ejemplo muy popular en TikTok España es por ejemplo Yu Fu, periodista china que quiere romper con los estereotipos de su país y ha colaborado con Disney+ recientemente con la película de Marvel “Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos”. En este ejemplo vemos que no solo es una colaboración que beneficia a Disney en este caso, sino que Yu Fu también tiene la oportunidad de que más gente la conozca a ella y a su historia.

Otro ejemplo es el de Hannan Midan, que lucha contra la discriminación árabe con ayuda del humor y ha hecho campañas con marcas como Playground Spain, Médicos Sin Fronteras, BBVA Aprendemos Juntos y Levi’s.

Estas influencers tienen algo en común: aportan esa cercanía y confianza que otros que colaboran continuamente con marcas no tienen. Las personas no sólo buscan que la marca les solucione un problema. También quieren que sus valores se vean reflejados en aquello en lo que consumen y ver estén comprometidos en la causa que les preocupa. Es por eso que contar con este tipo de influencers puede llegar a ser beneficioso para la marca. En este caso, los micro y nanoinfluencers pueden llegar a tener más éxito que aquellos que tienen millones de seguidores.

Aportan nuevas formas de comunicar y propuestas más creativas que la publicidad tradicional, lo que consigue llamar la atención tanto de los más jóvenes como de los que no lo son tanto. No se trata sólo de comunicar, sino comunicar valor y con valores.