Blog

Una fotografía sobre la IA y la creatividad

Por Daniel Olid. Graphic Designer en HAVAS HEALTH & YOU, agencia perteneciente a AEAPS.

La revolución industrial en sus inicios trajo consigo bastante malestar social, por la incertidumbre que generó en la clase trabajadora sobre qué iba a ocurrir con la mano de obra de los trabajadores, ya que la mayoría pensaron que iban a ser sustituidos por las máquinas. Y en cierta manera así fue, pero también sirvió para crear nuevos puestos de trabajo que no existían o para mejorar las condiciones o la eficiencia de muchos otros que se aprovecharon del cambio.

Como director de arte, al ver de lo que es capaz una inteligencia artificial, me ha llevado a pensar que seguramente no haya trabajo para todos los que nos dedicamos a esto, ya que reduce los tiempos y los procesos de ciertas tareas a niveles ínfimos. Se acabó el pasar horas retocando una foto o buscándola en un banco de imágenes.

De la misma manera, pienso que, por ejemplo, cada vez habrá que depender menos de un fotógrafo para conseguir la fotografía exacta que queremos, porque ahora mismo quizá no la obtengamos de una IA justo como está en nuestra cabeza, con un fotógrafo tampoco, obvio, pero aún es más común para nosotros cómo debemos pedírsela a una persona para conseguir el resultado esperado.

Pero me temo que esto, en muy corto plazo, no será así. Por cuestiones de tiempo y dinero a todos nos compensa aprender prompt, aunque seguramente no sea esto ni siquiera necesario en un futuro próximo, o por lo menos no es unos términos tan técnicos y ordenados como parece que hay que hacerlo ahora. Estas herramientas, las IAs, porque no olvidemos que eso es lo que son, evolucionan y aprenden tan rápido que en menos de lo que nos queramos dar cuenta nos entenderán igual que nos entendemos entre nosotros.

Pero tranquilos amigos fotógrafos, ¿no seréis acaso vosotros los que mejor podréis explicar, corregir y guiar a una IA para conseguir la mejor fotografía que podamos imaginar? Según yo lo veo, las IAs podrán sustituir a las cámaras de fotos, pero no a los fotógrafos.

Ahí es donde debemos colocarnos, aprovechando nuestros conocimientos, nuestra cultura visual, nuestro entendimiento de las necesidades de la gente. Al fin y al cabo nuestra experiencia como humanos, que estas herramientas nunca tendrán y que, por tanto, dado que no son personas, nunca podrán sentir ni ver las cosas como nosotros las vemos.

Debemos aprovechar el tiempo que nos ahorran en realizar tareas mecánicas y repetitivas e invertirlo en escuchar a nuestros clientes y en pensar en las soluciones más creativas y fascinantes que se nos puedan ocurrir. Ideas que quizá hace apenas un año no podrían llevarse a cabo por cuestiones de presupuesto o duración.

Así que, si el briefing ya era importante, ahora todavía más. Ya que, si hasta ahora siempre ha sido crucial recibir uno en condiciones para poder entender lo que el cliente necesita, ahora también nos toca crear unos briefings muy certeros para que estas IAs nos entiendan a nosotros.

Scroll al inicio