Blog

No hay peor sordo que el que no quiere oír: cómo el Social Listening te mantiene lejos del precipicio

Por Javier Fuentes. Senior Digital Analyst en Cícero Comunicación, agencia perteneciente a AEAPS.

¿Por qué es importante el Social Listening en el mundo de la comunicación?

  • Medimos datos en tiempo real que permiten identificar las tendencias relevantes en nuestro sector.
  • Obtenemos un feedback directo de nuestra audiencia objetivo muy útil para la toma de decisiones y para agilizar nuestra capacidad de respuesta.
  • Las conclusiones que ofrece la escucha son una ayuda fundamental para anticiparnos a las crisis o tendencias potenciales, e implementar estrategias bien optimizadas basadas en datos.

Imagina caminar al borde de un precipicio con los ojos cerrados. Cada paso es un riesgo, y aunque quizá pienses que estás avanzando, lo cierto es que podrías caer en cualquier momento. Esto es precisamente lo que ocurre cuando las marcas ignoran lo que se dice de ellas en redes sociales. Sin la escucha activa, caminan a ciegas sin conocer el entorno que las rodea. Y cualquier paso en falso puede desembocar en una crisis reputacional.

El social listening, o la escucha en redes sociales y medios digitales, es la herramienta que nos permite abrir los ojos para caminar con seguridad. No se trata solo de monitorear menciones o medir el impacto de una publicación, sino de afinar el oído para captar hasta el más leve susurro de nuestra audiencia. Esta atención es la que nos permitirá caminar recto, con seguridad y anticipando cualquier posible tropiezo.

El Social Listening te mantiene lejos del precipicio

En el vertiginoso mundo de la comunicación, donde las palabras vuelan como hojas en un vendaval, las marcas y organizaciones se encuentran en el centro de una plaza pública donde todo se dice, todo se escucha, pero no todo se entiende. Aquí es donde el Social Listening se convierte en el faro que ilumina el camino, una práctica que, más allá de ser una mera recolección de datos, se erige como un acto profundo de escucha que nos debe permitir entender lo que sucede, sacar conclusiones y tomar decisiones en consecuencia. No escuchar a tiempo o ignorar lo que se dice, es caminar con los ojos cerrados hacia un precipicio reputacional.

El arte de escuchar el murmullo antes del estruendo

La mayoría de las crisis reputacionales no surgen de la nada. Son, más bien, el desenlace de pequeñas grietas que pasaron desapercibidas o fueron ignoradas. Esas grietas, en realidad, son murmullos. Opiniones aisladas, comentarios dispersos, sentimientos ambiguos que, si no se captan a tiempo, pueden crecer hasta convertirse en un eco ensordecedor de descontento. El Social Listening, en su esencia, es el arte de sintonizarse con ese murmullo, de reconocer que, aunque un problema aún no sea visible en la superficie, está gestándose en las profundidades.

A nivel reactivo, escuchar nos permite controlar la situación antes de sea demasiado grande. Cuando ya ha comenzado la chispa del conflicto, la monitorización de la conversación nos ofrece una brújula, una lectura clara del terreno emocional que nos permite trazar estrategias con precisión. Sin embargo, su verdadero poder no reside únicamente en su capacidad de respuesta. La escucha activa no se limita a actuar cuando el ruido ya es ensordecedor; es, sobre todo, una herramienta para prever lo que vendrá. Nos aleja del precipicio porque nos permite anticipar el momento en que el suelo bajo nuestros pies comienza a ceder.

La conexión entre marca y audiencia: un delicado equilibrio

A menudo, olvidamos que la reputación de una marca no es algo que se construya únicamente desde dentro. Es un tejido que se teje conjuntamente con la audiencia. Las percepciones, los sentimientos, las expectativas del público se entrelazan con los valores y las acciones de la marca. No escuchar a la audiencia es como tratar de hilar sin ver las manos que te ayudan.

Aquí es donde el concepto de anticipación toma su forma más clara. Si nos limitamos a responder sólo cuando los problemas ya están en la mesa, estamos siendo reactivos, apagando incendios sin evitar que nuevos broten. La verdadera fortaleza de una marca se demuestra en su capacidad para prever esos puntos de fricción antes de que se conviertan en choques frontales. Anticipar cualquier indicio de desencuentro e intervenir para corregir el camino.

El silencio como el sonido del peligro

Finalmente, existe un peligro aún mayor que los comentarios negativos: el silencio. El silencio de una audiencia que se ha desconectado, que ya no tiene interés en interactuar. El Social Listening no solo se trata de detectar críticas; también es la herramienta que nos alerta cuando el diálogo ha cesado, cuando ya no somos parte de las conversaciones que importan. En este sentido, escuchar es un acto de humildad: es reconocer que la conexión con nuestra audiencia no es un derecho adquirido, sino una relación que debe cuidarse continuamente.

Las crisis reputacionales no son inevitables. Pero para mantenerse lejos del precipicio, es necesario escuchar. Escuchar de verdad. Escuchar antes de que el ruido se convierta en un estruendo y antes de que el silencio sea ensordecedor. Porque en la capacidad de escuchar reside la habilidad de anticiparse, de corregir el curso y de mantenerse firme en medio de la tempestad.

Así que, aunque parezca tentador avanzar sin mirar, recuerda que siempre habrá un precipicio cerca. Mantén los ojos abiertos y los oídos atentos para caminar con seguridad, anticiparte a los obstáculos y, en última instancia, construir una reputación sólida. Porque, al final, no hay peor sordo que el que no quiere oír, y en el borde del precipicio, escuchar puede marcar la diferencia entre la caída y el equilibrio.

Scroll al inicio