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Por lo que sintieron

Por Paloma Lalanda. Directora de cuentas en DHM Health, agencia perteneciente a AEAPS.

Hace poco escuché una frase que me pareció una verdad como un puño: “la gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca se olvidará de cómo les hiciste sentir”. Esta frase pertenece a la escritora y activista Maya Angelou. El sitio donde la escuché fue en un evento de los que organizamos en la agencia donde llevamos a una ponente motivacional (seguro que esto de llevar a alguien externo en health a muchos de vosotros os suena). Y me hizo reflexionar sobre nuestro trabajo.

Cada vez que tenemos delante de nosotros un briefing para un evento, colaboramos con el cliente para dar forma a un proyecto con un impacto muy directo con las personas-los asistentes- a quienes nos dirigimos. Este impacto nos brinda la oportunidad o el poder de crear un recuerdo o una sensación en ellos. Y lo que espera (y esperamos) nuestro cliente del resultado final del evento es, cuanto menos, que los asistentes no olviden cómo les hizo sentir esta situación en sus vidas.  

Todos los que nos dedicamos a la comunicación y en especial a los eventos, sabemos que es cuestión de trabajo duro, o también conocido como “pico-pala” conseguir un resultado que esté acorde o incluso supere expectativas. Lo que todos conocemos como un buen feedback que implique ganas de repetir tanto al cliente con la agencia como al asistente de volver al evento del laboratorio X. ¿Y esto por qué? Por lo que sintieron.

Y para ello, en un evento encontramos muchas palancas que nos pueden ayudar a crear estas sensaciones que formarán parte de los recuerdos sobre lo que sintieron tanto nuestros clientes como los asistentes. Las palancas van desde un concepto que esté en sintonía con lo que se quiere comunicar, alineado con el posicionamiento de la marca, pasando por la ubicación del evento y la detallada selección de ponentes sus mensajes, como portavoces de la marca (en nuestro caso fármaco o laboratorio).

Toda una serie de factores que, como el engranaje de un reloj, si encajan en sintonía entre sí pueden tener un resultado final: generar estos sentimientos que no queremos que se olviden. Podemos estar hablando de sensaciones como asombro por actualización de datos clínicos, empatía por los pacientes que tratan día a día o unidad en los equipos de trabajo…

En resumen, tenemos y conocemos muchas herramientas que con creatividad y nuestro trabajo día a día pueden hacer de un evento algo impactante. Todos sabemos del conocidísimo efecto wow que nos piden y que no hay briefing que se le resista. Pero quizá podríamos “darle una vuelta” a esta expresión y que el cliente nos pida: “crear experiencias de las que su público objetivo nunca se olvide de cómo les hiciste sentir”.

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