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Evolución en la formación de un redactor médico, ¿qué necesitaba hace 10 años y qué necesita ahora?

Por Reyes Lora, Directora Científica de Sudler Spain

Mi madre recortó este chiste de Forges del periódico en el año 1997, lo enmarcó y desde entonces “decora” uno de los rinconcitos de la cocina de la casa en la que me crié. ¿Y qué tiene que ver esto con la evolución que han sufrido los redactores médicos de las agencias de publicidad health en la última década? Pues mucho.

La profesión del redactor científico

Si Forges trabajara en un departamento científico de agencia, su viñeta vendría a decir algo así:

– ¿Profesión?
– Redactor, editor, traductor, copy creativo, periodista, moderador, presentador, gestor, community manager, profesor de ciencias…
– Todo eso no cabe
– Pues ponga “medical writer”, es lo mismo

Porque al fin y al cabo, ¿qué es un redactor científico? Según la definición de la Asociación Española de Redactores de Textos Médicos (AERTeM), un redactor médico o científico es un profesional cualificado para redactar textos y materiales relacionados con las ciencias de la salud de forma clara, concisa y rigurosa.

Profesional cualificado…he ahí el quid de la cuestión.

¿Qué cualificación necesita un redactor médico para ejercer su profesión? ¿Es diferente ahora a hace 10 años?

Podemos ir desgranando cada uno de los requisitos indispensables que se exigen para formar parte de cualquier departamento científico de agencia.

El Redactor Médico en Agencias de publicidadEl primero, y obvio, es la formación en ciencias de la salud (medicina, biología, farmacia, bioquímica…). Es muy complicado redactar textos llenos de tecnicismos sin conocer la materia. Esto no ha variado desde que la profesión existe.

El segundo requisito, y prácticamente igual de evidente, es el inglés. Toda la información médica está en este idioma. Las fuentes a las que tenemos que acudir a diario están en inglés. Esto tampoco ha variado demasiado.

Pero, ¿qué más se le exige ahora a un redactor médico que no se le exigía antes?

Los formatos para publicidad farmacéutica y la educación médica han evolucionado de manera directamente proporcional a la tecnología. Ahora usamos soportes que hace 10 años ni siquiera existían. Así que el tipo de redacción y el tipo de lenguaje también han evolucionado para adaptarse a estos soportes. No es lo mismo redactar un folleto impreso de 16 páginas, que un mensaje en twitter o un post en un blog 😉

También ha cambiado la manera de dirigirnos a los profesionales de la salud. No digo nada que nadie no sepa afirmando que en los últimos años el modelo de comunicación en salud está cambiando a pasos agigantados. Sin dejar de lado los materiales publicitarios impresos y digitales de siempre, ahora las compañías farmacéuticas invierten en gran medida en proyectos de educación médica. En esto los redactores científicos también hemos tenido que reinventarnos –y ampliar nuestras cualificaciones- participando, por ejemplo, en la creación de dinámicas originales para reuniones o moderando foros de profesionales sanitarios.

En definitiva, la formación del redactor científico evoluciona a la misma velocidad que lo hace el sector, adquiriendo nuevos conocimientos sobre la marcha y aplicándolos en el día a día. ¿Quién dijo eso de “renovarse o morir”? ¡Pues a renovarse constantemente!

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