El mundo de los eventos está en plena transformación. Desde hace ya algunos años la tendencia de los eventos con propósito, en lo que se refiere a compromiso medioambiental y social, no ha dejado indiferente a nadie del sector. 

Los organizadores de eventos hemos estado tan preocupados en todos los detalles, (la puesta en escena, una cena deliciosa, los traslados…)  que hemos olvidado uno fundamental, ¿cuál es el impacto ambiental y social de nuestro evento? 

Durante la fase previa de diseño del evento los organizadores debemos estar aún más preocupados por una correcta toma de decisiones midiendo en impacto de cada actividad y tratando de minimizar las emisiones de CO2. Para ellos pensar en DS4 nos ayudará a mantener el correcto equilibrio entre la sostenibilidad y el objetivo final de cada pieza.  

Pero (siempre hay un pero…) a veces a pesar de todos estos esfuerzos y decisiones tomadas en el diseño previo, el evento todavía genera una huella de carbono. La buena noticia es que disponemos de multitud de proyectos en los que podemos compensar nuestra huella de carbono y neutralizarla.  

En ocasiones por las prisas, urgencias, y presiones perdemos el foco, pero entre todos debemos poner cabeza y entender que el cambio climático sí es NUESTRA URGENCIA.  Es la urgencia de todos, clientes, agencias, y proveedores. Todos los implicados en la cadena de valor son importantes y deben tener un compromiso firme. Hagamos un buen equipo y ayudemos al que en algún momento “flaquea” recordándole cuál era nuestro propósito.  

Desde que el cliente pone en nuestras manos un nuevo proyecto se nos presenta una nueva oportunidad para demostrar que los eventos se pueden realizar de otra forma diferente a como veníamos haciéndolo.  

Sabemos que requiere de un gran esfuerzo extra pero no podemos rendirnos ante la primera barrera que nos encontremos. Debemos seguir poniendo el máximo empeño en dejar un legado positivo que nos enorgullezca del sector en el que trabajamos.