Un día como hoy, no hace más de un mes, echo una ojeada como lo hago habitualmente a las redes sociales para buscar inspiración y de repente, me encontré con un post con imágenes increíbles y en su descripción decía: “realizada con inteligencia artificial”, “con las plataformas midjourney, DALLE-2, stablediffusion,” ¿esto es en serio?, ¿la inteligencia artificial ya puede hacer esto?
Como con cualquier nueva tecnología que aparece, rápidamente sentí esa necesidad de testearla. “Quiero más, quiero hacer eso…”. Y eso llevo haciendo desde entonces con la sensación de que cuanto más pruebo, más afinadas quedan las composiciones, pues el machine learning permite, no solo que yo aprenda de ella, sino que ella aprenda de mí.
Esto es algo increíble. La inteligencia artificial hace a la tecnología mucho más útil, a tal punto que grandes como Adobe ya la empiezan a incorporar en sus herramientas, los nuevos filtros neuronales de Photoshop nos ahorran muchísimas horas de trabajo.
Esta tecnología de avanzada se viene utilizando desde hace bastante tiempo en muchas disciplinas que involucran la creatividad humana y ahora más que nunca comienza a abrirse el debate sobre qué es la creatividad y su democratización gracias a la incorporación de la tecnología y el valor que tienen las obras producidas con asistencia de IA.
Entre mis reflexiones, pienso que a muchos de los que nos dedicamos a esto de crear, estos prodigiosos avances sin duda, nos hace sentir temores y una extraña sensación de que en un plazo no muy lejano vamos a ser reemplazados por la tecnología, pero este pensamiento es recurrente cada vez que aparece una herramienta nueva, un ejemplo no tan reciente es la aparición del ordenador “maquina infernal” con el que ahora, sin él, no podemos vivir, ha evolucionado tanto, que todos lo llevamos en el bolsillo y hasta le dedicamos más horas de las que deberíamos.
En conclusión, lo veo como una revolución que nos ayudará a mejorar los procesos creativos y a visualizar más rápido las ideas, para enfocarnos verdaderamente en lo más importante, al pensamiento creativo e innovador, ya que la diferencia entre las máquinas y nosotros recae en la intencionalidad y el valor semántico que solo pueden ser aportados por la mente humana, gracias a sus experiencias, la curiosidad, las emociones, etc. mientras que la inteligencia artificial básicamente se nutre de datos y, por más capacidad de aprendizaje que esta tenga, no podrá aportar esas dos cosas, o no por el momento, aunque ya vemos casos en los que no sabemos a ciencia cierta si es verdad, que haya desarrollado un pensamiento muy cercano al humano acerca de su propia existencia.
Lo que está claro es que creo que mientras la utilicemos como lo que es, una herramienta más, nos será de gran utilidad para potenciar nuestro trabajo, y eso, para mí, ya es mucho. Si quieres saber más o ver los proyectos de la IA que he venido realizando, puedes visitar mis redes sociales:
https://www.instagram.com/leografico
https://www.linkedin.com/in/leografico