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La creatividad, el mejor atajo para hacerte sentir bien.

Por Chema Cuesta. Creative Area Manager en _popin, agencia perteneciente a AEAPS.

Albert Einstein decía que “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Y no le faltaba razón. Hacer un buen uso de la creatividad es un gran atajo para desarrollar la cultura wellness en una compañía. Una cultura centrada en hacer sentir bien a los empleados y por tanto, a los clientes para los que trabaja. Y eso en una agencia creativa como popin_ lo tenemos muy claro. No solo por nuestra política interna centrada en el cuidado a los empleados, sino también por el foco en trabajar con muchos clientes del sector salud.

El paraguas de “sentirse bien” va más allá de tener buenos hábitos saludables, de crear entornos de trabajo saludables, etc. Sentirse bien también significa estar satisfecho con la vida que llevas, tanto a nivel personal como profesional. No debemos entender ambas vidas como elementos separados sino como vasos comunicantes donde ese bienestar sea común en las dos partes. Y todo esto que suena tan bien, ¿cómo lo llevamos a cabo a nivel empresarial? Ahí es donde entra en juega la creatividad.

Por ejemplo, en Países Bajos hay una cadena de supermercados que ha habilitado una línea de cajas denominadas “lentas” para que los empleados que trabajan allí se puedan tomar un tiempo en hablar con los clientes mayores, si lo desean. En la medida en que se personaliza un servicio y al cliente se le hace sentir bien, sentirse importante, se le puede poner el apellido de wellness.

En un momento como el actual, donde cada vez damos más importancia a la salud mental, las compañías que integran culturas empresariales donde el wellness esté presente conseguirán por un lado una mayor atracción de talento y por otro, podrán ofrecer un servicio adicional a sus clientes que les pueda hacer diferenciarse como un plus de su competencia. Y en ese camino, la forma de hacerlo de forma creativa será clave para diferenciarse en un mercado cada vez más homogéneo. Y para cerrar voy a hacerlo con otra cita del físico alemán más famoso: “La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar”. Y si ese cambio está enfocado en hacer sentir bien, ¿qué más se puede pedir?

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