Blog

Reflexión y comunicación positiva

Por María García Casado. Ejecutiva de cuentas en ENELife, agencia perteneciente a AEAPS.

El lenguaje es una de las herramientas más valiosas de las que disponemos. Por eso, una de las decisiones más importantes que podemos tomar es ser conscientes de cómo lo utilizamos y qué efecto pueden provocar nuestras palabras en nuestros interlocutores.

Diariamente, tratamos y hablamos con muchas personas, pero normalmente desconocemos su estado de ánimo o las circunstancias por las que están pasando. En un mundo donde la salud mental tiene cada vez más importancia, sobre todo a partir del 2020 con el virus del COVID, podemos ayudar a reducir problemas como el estrés o la ansiedad generados por una inapropiada comunicación si dedicamos un esfuerzo extra a reflexionar sobre cómo comunicamos. Está en nuestro poder relacionarnos de una forma más amable y empática, poniéndonos en el lugar de la otra persona aun cuando su opinión no coincida con la nuestra. Está en nuestra mano ayudar a crecer a los demás mejorando el día a día de cualquier persona a través del lenguaje. Este mismo lenguaje positivo, proyectado hacia nosotros, aumentará también nuestra autoestima.

Aunque no todos tenemos la misma facilidad de comunicación, es cierto que podemos mejorar mucho la forma de transmitir un mensaje si ensayamos cómo hacerlo. Comparto varias ideas que pueden contribuir a entrenar nuestra comunicación para que sea positiva y empática:

  • Formación: busca cursos sobre comunicación y oratoria. Una buena manera es asistir a conferencias tanto on line como presenciales y aprender cómo se expresan los expertos. Así sabremos cómo convencer, inspirar y adaptar el registro a cada situación, por muy complicada que sea.

  • Practicar: como cualquier otra habilidad, la clave del éxito es la práctica. Para ello hay que intentar buscar oportunidades de hablar en público, enfrentarnos a diversas situaciones (fáciles y difíciles), ensayar, grabarnos, analizar y corregir nuestros errores.

  • Leer y escribir: la lectura amplía nuestros conocimientos y pule nuestro uso del lenguaje, y la escritura permite reflexionar sobre las ideas que queremos transmitir y elaborar un discurso coherente y apropiado. Conseguir vocabulario y recursos nos ayudará a adaptarnos mejor y ser más ágiles.

Parece difícil sacar un hueco para esto, al vivir en una sociedad rodeada de continuos estímulos y envuelta en momentos fugaces. Pero considero que es importante pararnos y disponer de tiempo de sosiego para nosotros y para interpretar nuestro entorno y sus necesidades. Busquemos el tiempo que nos permita reflexionar y construir un discurso positivo con las personas con las que habitualmente nos relacionamos, y que también nos hará crecer personal y profesionalmente.

Scroll al inicio