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Ser sostenible a golpe de clic

Por Laura Cabezas. Responsable UX/UI en MK Media, agencia perteneciente a AEAPS.

Vivimos una realidad en continua evolución digital. Teletrabajamos en lugar de ir a la oficina, priorizamos videollamadas a reuniones presenciales, creamos productos digitales en lugar de imprimirlos, pero… ¿esto ayuda también al medio ambiente?

Hay un concepto que surgió en Silicon Valley en los 70 que a día de hoy resuena siempre ante toda decisión y es que “todo depende de cómo se comporte nuestro usuario”.

No es lo mismo echar un vistazo a las noticias diarias, que estar media hora leyendo cada artículo. Tampoco es lo mismo ver un tutorial en youtube, que una película en 4K desde la nube.

La tecnología consume y genera residuos. Es algo que no solemos pensar pero es una realidad. La ausencia de un material impreso no significa directamente que no vaya a generarse un coste medioambiental.

Y es que todo producto digital se consume en un dispositivo material, el cual necesita energía para funcionar y se conecta a un servidor de internet para nutrirse de esos ansiados datos.

No os alarméis. Esto no quiere decir que tengamos que volver al papel y desechar los productos digitales. La información es poder y teniendo en cuenta todos estos aspectos podremos crear productos desde una conciencia sostenible.

Hay una serie de factores a tener en cuenta a la hora de diseñar productos que contribuyan al medio ambiente y que, además, están estrechamente ligados a mejorar la experiencia de usuario.

  1. Priorizar la arquitectura y flujo del producto parafacilitar al usuario la rápida localización de aquello que busca. De esta manera, se reduce el consumo de energía y tiempo de carga de los datos. Además, también conseguiremos mejorar nuestro SEO.

    Por ejemplo, para crear un repositorio digital de artículos científicos, debemos comenzar creando una arquitectura de información para presentar estos artículos. Si no, los profesionales no conseguirán localizar lo que buscan y seguirán echando mano de las copias impresas.
  2. Una navegación ágil y eficiente no está relacionada con el número de clicks que el usuario debe realizar.

    Presentar el contenido ordenado en pasos, ayuda a guiar al usuario en el proceso, minimizando errores y tiempos de navegación. Además, al permitir tomar las decisiones de forma rápida y sencilla, creando una experiencia agradable, es más sencillo conseguir posicionar nuestro producto en el “top of mind” de los usuarios.
  1. Sintetizar el contenido utilizando los recursos necesarios para transmitir el mensaje, nos asegura que el usuario capte lo queremos contarle.

    Basarnos en los patrones de lectura para situar el contenido en el área de interés y estructurando la narrativa en diferentes niveles tipográficos, conseguiremos evitar recursos de relleno, reduciendo los tiempos de carga y navegación.

El proceso de investigación previo a cualquier proyecto, y uno de los pilares del UX, nos va a ayudar a conocer a nuestros usuarios. Ellos mismos nos mostrarán las situaciones a las que se enfrentan, cómo se comportan y su relación con nuestro proyecto.

Nos revelará los “puntos de dolor” a resolver y los “insight” que darán sentido a la necesidad y generarán una ruta hacia la solución.

Si a esto le añadimos una perspectiva sostenible en cada decisión, como hemos visto en los tres puntos anteriores, podremos conseguir una mayor eficiencia energética creando productos digitales adaptados a nuestro usuario.

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