“¿La IA va a reemplazar a los creativos?”
“Cualquiera puede hacer un cartel o redactar un texto”
“Ahora, con solo pulsar una tecla, se puede crear una campaña publicitaria”
Si trabajas en el sector creativo, seguro que has escuchado afirmaciones como estas. Y en cierto sentido, es comprensible que surjan tales dudas. La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y su alcance no excluye a las industrias creativas. Sin embargo, plantearse si la IA disminuirá el valor de la creatividad o desplazará a los profesionales creativos no es tan simple. ¿Realmente la IA está aquí para eliminar el talento humano o, por el contrario, para complementarlo?
Desde mi perspectiva, la inteligencia artificial no debe ser vista como una amenaza, sino como una herramienta que puede enriquecer y facilitar el trabajo de los creativos. Su llegada representa un nuevo capítulo en la evolución de las herramientas creativas, no un obstáculo para el sector. Este fenómeno recuerda a lo que ocurrió con la fotografía: al principio, se temía que desplazara a la pintura, pero en lugar de reemplazarla, ambas disciplinas coexistieron y se complementaron, dando lugar a nuevas formas de expresión. Hoy, la fotografía, la pintura y otras técnicas visuales siguen evolucionando juntas, influyéndose mutuamente. Esta solo es una muestra de que la tecnología no suprime el arte ni la creatividad, sino que, por el contrario, abre nuevas puertas para su expansión.
La IA tiene el potencial de liberar a los creativos de tareas repetitivas y mecánicas, permitiéndoles concentrarse en aquello que realmente añade valor: el desarrollo de ideas innovadoras y la estrategia creativa. Y en un sector como el publicitario, donde la precisión y la optimización del tiempo son esenciales, contar con esta herramienta para automatizar ciertos procesos puede ser de gran ayuda.
Sin embargo, como ocurre con cualquier herramienta avanzada, la IA requiere aprendizaje. Es un error pensar que, con solo pulsar un botón, obtendremos un resultado brillante. La creación de contenidos de calidad con IA necesita entender cómo construir un “prompt” o guía que dirija a la máquina en la dirección correcta. Sin una guía adecuada, los resultados serán genéricos y, en muchos casos, poco útiles. Los creativos que dominen el uso de la IA podrán aprovecharla para adaptar formatos de campañas, enriquecer conceptos visuales y hasta crear locuciones para spots publicitarios. Lejos de ser una amenaza, este tipo de recursos nos permitirá dedicar más tiempo al desarrollo de conceptos y estrategias en lugar de a tareas de ejecución.
Y aunque permite automatizar algunos aspectos técnicos y mecánicos, el proceso creativo tiene una dimensión humana que la tecnología, por sofisticada que sea, no puede reemplazar. Una campaña creativa parte de la sensibilidad, el instinto y la experiencia del profesional, cualidades difíciles de replicar en un algoritmo. La IA puede generar ideas, pero depende de los humanos para hacerlas significativas y auténticas. Así como un creativo necesita de un buen “brief” para trabajar, la IA requiere de una mente humana que la guíe, para conectarse emocionalmente con el público.
Dicho esto, ¿por qué no ver la IA como una oportunidad en lugar de como una amenaza? Herramientas como DALL-E, Midjourney, ChatGPT y Copilot representan un reto, sí, pero también ofrecen posibilidades de innovación y eficiencia. En lugar de temer que la IA reemplace la creatividad humana, deberíamos considerarla una vía para expandir el alcance de nuestras ideas y explorar territorios hasta ahora insospechados.
Apostemos por una visión optimista y realista de la creatividad en la era de la IA: esta tecnología no es el fin de la creatividad humana, sino una herramienta para llevarla aún más lejos.