
Por el equipo de Be On Retail
En los últimos años las redes sociales han dejado de ser un espacio reservado para el ocio, llegando a convertirse en un canal de comunicación estratégico para los negocios y la divulgación, lo cual engloba también al sector científico y sanitario.
A día de hoy tanto los profesionales de la salud, los investigadores, las instituciones y las compañías farmacéuticas se encuentran en plataformas como LinkedIn, X (antes Twitter), YouTube o incluso Instagram, lo que implica una vía directa para llegar a médicos, pacientes y a la sociedad en general.
Sin embargo, en este escenario se abre un nuevo reto: ¿cómo trasladar contenidos científicos sin sacrificar la precisión ni trivializar la evidencia? La línea entre hacer accesible la información y caer en simplificaciones excesivas es muy fina. Y en un sector donde la credibilidad lo es todo, un error de comunicación puede traducirse en pérdida de confianza o, peor aún, en desinformación.
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