Por Juanlu González. Head of Engagement en VMLYR HEALTH, agencia perteneciente a AEAPS.
Todos los que nos dedicamos al marketing y la comunicación no podemos parar de innovar en la forma más eficiente de comunicar o al menos elegir bien el canal idóneo para generar impactos en la audiencia. Y la realidad es que los hábitos de consumo como los de comunicación son diversos y además han cambiado mucho en el público más joven.
En referente a las habilidades comunicativas y de relacionarnos con los demás me llama poderosamente la atención como cada vez a las nuevas generaciones les cuesta más comunicarse en “directo” de forma presencial, que no así jugando en red o mediante mensajes de Whatsapp.
Habréis notado que la gente joven (entre la que aún me incluyo) somos más de mandar largos audios o mensajes con emojis que de realizar llamadas de teléfono, y es que algunos (y aquí no participo) sienten pánico a recibir o realizar llamadas de teléfono, eso es la telefonofobia. Y es que según un estudio publicado por la universidad de Texas el 80% de los jóvenes siente ansiedad cuando tienen que llamar por teléfono.
¿Y a qué se debe esto?. Según Ferran Lalueza, investigador de estudios de ciencias de la información y comunicación de la UOC, este miedo que tienen los Millennials y la Generación Z radica en “no poder echarse para atrás” en una conversación telefónica, ya que en las llamadas es imposible “borrar” lo que dices y la interacción es inmediata. Por tanto hay miedo al directo, quizá por carencias en habilidades sociales.
Si nos paramos a pensar la conversación telefónica puede aportarnos más información que la que tenemos por Whatsapp , escuchar una voz amiga crea vínculos, evita la depresión y la soledad, podemos preguntar cosas más personales porque todo fluye mejor, nos ayuda a llevar un hilo comunicativo, podemos detectar el estado emocional de la persona que está al otro lado y además evitar malentendidos e interpretaciones.
¿Intrusismo? en mi opinión, escribir primero preguntando si le viene bien que le llames mitiga el que la otra persona se sienta violentada por una llamada. Teams por ejemplo ya nos indica el estado de la otra persona, y en el ámbito profesional ya estamos acostumbrados a preguntar incluso por el chat al compañero si está disponible antes de llamarle, una cuestión de respeto por su tiempo y dedicación.
A todos nos han “atracado” a las tantas de la noche desde una compañía de telefonía o de seguros para vendernos sus servicios, la venta telefónica sin duda debe reinventarse, pero creo que en el ámbito profesional debemos explorar el mix de medios disponibles y optimizarlo en función de la persona para intentar generar una aproximación con mayor engagement, sin olvidar el poder de la conversación por voz one to one.
Y vosotros ¿qué opináis?