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¿Es grave, Google? ¿O es grave Google?

Por Ana Alonso, Senior Copy Creative de mk media .

Así en el off como en el on, nos empeñamos en hacer 70 cosas a la vez. El modo multipantalla ha invadido nuestras vidas. Usamos aplicaciones para buscar aparcamiento sin dar vueltas, para hacer transferencias bancarias sin pisar el banco, para ligar sin ponernos guapos o para compartir nuestra vida sin tener que llamar uno por uno a nuestros amigos.

Somos yonkis de Internet porque es lo único capaz de seguirnos el ritmo. Onmipresente y omnipotente. En cualquier momento y en cualquier sitio por imposibles que sean nuestros horarios. Es como un súper poder que ¡boooom! expande nuestro tiempo.

Pero cuando se trata de temas de salud la cosa se complica. Seis de cada 10 españoles usamos internet para realizar búsquedas sobre salud. Los especialistas están tan preocupados como hartos de esta realidad: nos autodiagnosticamos, vamos directos a la farmacia o llegamos a consulta con nuestros propias valoraciones, ponemos en duda las suyas, nos alarmamos cuando no es necesario o le restamos importancia a síntomas que quizá sí la tienen…

Al tratarse de un sector hiper legislado, el proceso de digitalización está siendo deficiente y anormal. Gran parte de los productos digitales del sector salud nacen ya obsoletos o no tienen todo el potencial que podrían.

El problema es que esto no nos detiene como usuarios. Queremos encontrar las mismas facilidades que en el resto de ámbitos y lo queremos ya.

Y aquí estamos. La realidad es que a una chica de 17 años le resulta más entendible la respuesta de otra usuaria random en el foro de una revista femenina, que el contenido de una web especializada en salud sexual femenina. Y esto, además de ser extremadamente grave, es un desastre. 

digittal product design

Está claro que de momento no nos van a poder operar por Skype –por muy bien que le viniese a nuestras agendas–, pero el digital product design del sector healthcare es el gran reto que tenemos por delante porque los usuarios van (vamos) a seguir buscando todo lo que nos preocupe.

De la misma forma que la Administración debe hacer un esfuerzo por comprender que una legislación que no permita una adaptación digital más flexible del sector seguirá dando lugar a la proliferación de entornos exentos de rigor, con la problemática que esto conlleva, agencias y anunciantes debemos ponernos las pilas para que, dentro de los límites permitidos, potenciemos todo lo posible nuestros productos digitales para jueguen en la misma liga de otros sectores tradicionalmente más punteros como moda, consumo o alimentación.

No es tarea sencilla. Al fin y al cabo (y para colmo) todos estamos en primero de Internet. El lenguaje digital está echando a andar delante de nuestras narices y a la vez que va estableciéndose, se renueva y se reajusta sin parar. 

Pero si queremos dar un vuelco a la situación, es nuestra responsabilidad usar la creatividad más que nunca. Usar la creatividad sin miedo.

Ser capaces de ganar en cercanía e inmediatez sin perder rigor, establecer la experiencia de usuario como piedra angular de la que todo parte, ser verdaderamente selectivos con los árboles de contenido, arriesgar con los diseños y la interacción, aligerar los bloques textos para que webs, blogs, apps o whatever no parezcan enciclopedias escaneadas, generar entornos vivos, simplificar y flexibilizar procesos internos para ganar dinamismo y, sobre todo, humanizar el tono para demostrar que detrás de esas páginas hay personas.

De no hacerlo, por muy riguroso, bien seleccionado, diseñado y editado que esté nuestro contenido, será como meter una calesa en las 24 horas de Le Mans, el usuario rebotará en busca de entornos que le resulten más cercanos y entendibles.

 

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