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Contextualizar antes que Digitalizar

Por Undergraf.

 

Undergraf

“Las prisas son malas consejeras”, frase de abuela (lo reconozco) pero que en los momentos que vivimos adquiere un significado muy especial y nos debe llevar a una reflexión más profunda sobre lo que estamos haciendo con nuestras marcas, nuestra comunicación y nuestra manera de relacionarnos con nuestras audiencias.

Estoy plenamente de acuerdo con la afirmación que tanto se ha oído desde la pandemia, que esta crisis sanitaria ha acelerado la transformación digital de las organizaciones y de la sociedad. El teletrabajo, “los Zooms”, la compra on line, el delivery, etc el uso en general de la tecnología para las comunicaciones y para garantizar nuestro modo de vida se ha extendido a gran velocidad logrando en meses un grado de penetración que hubiésemos tardado años en alcanzarlo.

Pero este push que todos hemos sufrido (o disfrutado) a vivir más tiempo on line, debemos aparcarlo o frenarlo por un momento y reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que debemos hacer.

Es el momento de pensar si el contexto que rodea nuestra marca está acorde con los valores que hemos estado defendiendo en nuestras misiones/visiones corporativas.

La crisis sanitaria, además de acelerar los procesos de digitalización, lo que de verdad ha transformado y creo que para siempre, es el contexto donde se deben desenvolver las marcas, el contexto donde se deben relacionar las marcas con sus audiencias y la forma de interactuar con ellas.

Las marcas debemos entender que existe un propósito que está por encima de la cuenta de resultados. Se ha hablado mucho de “la nueva normalidad”, pero creo que sería mejor definirlo como un “un nuevo contexto”, en el que debemos desaprender, eliminar dogmas corporativos y acercarnos con humildad al mercado. ¿Cómo debo hacer las cosas?, ¿cómo quieren nuestros clientes que las hagamos? y, sobre todo, saber que las consecuencias de no adaptarnos a este “nuevo contexto” nos traerá consecuencias muy negativas a esa cuenta de resultados que tanta importancia le hemos dado siempre.

Es el momento de hacer una reflexión profunda y valiente de qué papel debe jugar nuestra marca en el mercado y, una vez entendido, liberarnos de aquello que no nos vale de nada y acoger lo que el nuevo contexto nos exige.

 

 

 

 

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