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¿Cómo vamos a salir de esta?

Por Javier Rodríguez de Santiago, Executive Creative Director, VMLY&Rx. 

Javier Rodríguez de Santiago, Executive Creative Director, VMLYRx

Voy a escribir unas líneas sobre un futuro incierto basado en este “problemilla” que aún sigue atormentándonos. Muchos medios de comunicación han lanzado una pregunta al aire y nos machacan con ella en múltiples encuestas y programas. ¿Seremos mejores personas cuando la COVID nos deje tranquilos? ¿Habremos aprendido algo de todo esto? Me vienen algunas ideas de qué cambiaremos tras este mal trago:

Creo que saldremos más caseros aunque después del tiempo que hemos pasado encerrados en casa -el lógico efecto rebote- haga que pasemos más horas fuera de ella.

Puede que los “cocinitas” hayamos aumentado en número pero que después de aprender a hacer pan prefiramos que ese pan lo haga otro.

Lo mismo salimos de todo esto más gordos. Según un reciente estudio, un 44% de los españoles aumentaron de peso durante el confinamiento, si bien, hay otro que apunta que el ejercicio físico aumentó en un 88% en el mundo.

Las muestras de grata vecindad han inundado nuestras vidas; esos “te bajo la basura”, “te hago la compra”, “te paseo al perro” probablemente queden en el olvido.

Es bastante seguro que nos volveremos más intransigentes con los archimencionados “irresponsables”, aunque en ciertos momentos nos veamos nosotros mismos incumpliendo las normas, sin quererlo, a pesar de los dramas vividos en las residencias de ancianos, hospitales y tanatorios.

Después la pandemia dicen que estamos más unidos a nuestras parejas aunque hayan aumentado tremendamente las separaciones y divorcios.

Lo que sí es seguro es que nos hemos vuelto un poquito más tecnológicos. Lo que parecía imposible, el teletrabajo, se ha hecho una realidad por imperativo. Para unos era liberarse del suplicio de aguantar el atasco día tras día, para otros el infierno era tener colgado del cuello al niño en el 50% de las llamadas de teams mientras el que tenías en la pantalla te hacía gestos de que estabas “muteado”.

Yo era un escéptico del teletrabajo pero he comprobado que se puede hacer con buenos resultados. He de reconocer que, para según qué tareas, no es lo ideal. La palabra colaboración lleva implícito el contacto. Un contacto estrecho que el virus nos ha arrebatado con su consiguiente trastorno.

El teletrabajo, se va a quedar con nosotros. Será una buena forma de alcanzar esa ansiada conciliación familiar y laboral que tanto envidiamos de los países vecinos. Una vez aprendido que podemos hacerlo deberíamos gestionarlo lo mejor posible para no deshumanizar nuestro día a día. Teletrabajar, sí, pero “con tacto”.

 

 

 

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