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Volver. ¿Con la frente marchita?

Por Nicolás Gustavo Kluguer. Senior Copywriter de Havas Health & YOU

Por Nicolás Gustavo Kluguer. Senior Copywriter de Havas Health & YOU.

Nicolás Gustavo Kluguer de Copy Creativo

Ayer abrí Linkedin, de manera semiautomática, y me encontré con una encuesta que estaba haciendo la propia plataforma:

¿Ya has vuelto a la oficina?

Me sorprendió los porcentajes de respuestas: más del 60 % era un NO rotundo: No, no he vuelto.

Estamos todos de acuerdo que el teletrabajo funciona, que antes de la pandemia estaba en los planes de todos, que es el futuro y muchas otras cosas fantásticas de trabajar en chanclas. El modelo ha cambiado para siempre, y eso es una realidad. El teletrabajo llegó para quedarse y amoldarse a nuestras vidas.

Pero nuestro trabajo pasó en un solo día de ser 100 % presencial a ser 100 % en mi casa. Y como los humanos somos animales de costumbres, nos acomodamos rápido a los cambios.

Pero la realidad nos dice que, en breve, vamos a comenzar a volver. Y es aquí donde, para mi sorpresa, a diferencia de algunas agencias de consumo, en el entorno de agencias de salud (no quiero generalizar, es lo que yo veo a mi alrededor), hay un gran porcentaje de colaboradores que preferirían seguir trabajando en sus casas.

Entiendo factores como distancia, comodidad, tiempo, comidas, familia, etc.

Pero nosotros no elegimos trabajar en casa. En el momento que firmamos el contrato con una agencia, decidimos que vamos a trabajar todos los días en una oficina física, en contacto con otras personas con las cuales mantendremos un día a día laboral, con las que formaremos un equipo de trabajo. Nadie nos obligaba a ir todos los días a la agencia ¿no?

Soy una persona social, y está claro que, personalmente, estoy ansioso por volver a la vida pre-marzo 2020.

Pero a veces me siento solo en esta aventura. Conversando con compañeros y excompañeros, me cuesta entender que prefieran quedarse en sus casas, haciendo reuniones vía teams. Siento que esta nueva normalidad nos aleja de un montón de cosas imprescindibles para el ser humano: el contacto físico, la comunicación no verbal, compartir comidas y desayunos, festejar algún logro de la compañía, aprender juntos, viajar y muchas otras cosas.

Es difícil recordar que hace muy poquito nos juntábamos 15 personas todos los lunes en una sala a definir las tareas de la semana. Te extraño antiguo tráfico.

Me pregunto si no es el momento para motivar a la gente a que vuelva. Me pregunto si la infraestructura se debería adaptar a esta nueva realidad. Me pregunto si las dinámicas de las reuniones físicas deberían replantearse. Me pregunto si los tiempos de cada empleado deberían ser los mismos que antes. Me pregunto muchas cosas.

Creo que es el momento de replantearnos en profundidad cómo será esa vuelta a la presencialidad. Es el momento de pensar cómo traer a todas esas personas de nuevo a un espacio físico, de alguna manera, contra su voluntad.

La segunda semana de marzo de 2020 no hubo tiempo para preparar la salida. Pero hoy, creo que tenemos tiempo de sobra, para preparar la vuelta. Una buena vuelta.

Somos creativos, somos comunicadores, somos estrategas, somos expertos en convencer a otros.

Nosotros podemos.

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