Blog

¿Por qué innovar?

Por Lucía Nicolás Bueno – Directora de Cuentas McCann Health

 

Lucía Nicolás Bueno - Directora de Cuentas McCann Health

La rutina nos atrapa a clientes y agencias en timings que muchas veces son irrisorios y en trabajos que pierden la perspectiva por la imposición de tener que llevarlos a cabo solo por el hecho de estar dentro del Brand plan de la marca.

La mayoría de veces miramos el mercado de cerca y ya se sabe que de cerca se pierde el contexto y la perspectiva de las cosas, por eso el design thinking nos ayuda a alejarnos de toda concepción y establecer una nueva realidad en la que poder trabajar con multitud de herramientas. 

Esta metodología de trabajo ha existido durante mucho tiempo y se ha aplicado al campo del diseño, pero la eficacia de su aplicación ha hecho que también se extienda al mundo de la empresa.  

Fundamentalmente se basa en el estudio de las personas a las que nos dirigimos a través de diferentes herramientas como los mapas mentales, a priori puede parecer muy obvio, pero ¿cuántas veces profundizamos con verdadero ahínco en nuestro target más allá de la descripción que nos da el cliente? 

Por eso, resulta de gran utilidad ahondar en esta disciplina, permitiéndonos elaborar acciones que verdaderamente estén centradas en las necesidades de nuestro target y por lo tanto sean eficaces. Solo aquellos que quieran ir más allá, podrán aportar valor a un sector que por norma trabaja por proyectos y en el que muchas veces es difícil ver el recorrido de la marca a lo largo del tiempo. 

Y es que por ejemplo, llevamos hablamos de digitalización mucho tiempo, pero no nos engañemos aún no ha llegado al sector health para quedarse, seguimos hablando de los millenials, de la generación Z pero… ¿Cuánto cuesta que los clientes apuesten por lo digital? Si hacemos autocritica quizás deberíamos pensar porque a los clientes de nuestro sector aún les cuesta ver el beneficio de la inversión digital o esa primera barrera de los procesos que supone poner en marcha una acción digital. ¿Podría ser que no hayamos sabido enfocar las necesidades de los diferentes públicos y por eso la mayoría de las veces hablamos de lo digital en términos de poca eficacia? 

Seamos eficaces, introduzcamos la investigación como un proceso más y elaboremos estrategias acordes a los públicos contadas por la marca, no estrategias de marca adaptadas a los públicos. Centrémonos en el estudio de las personas y no de los productos en sí, porque todos tenemos claro lo que hacen los productos que vendemos, pero no las diferentes creencias que hacen que los públicos se decidan por nosotros. 

Se trata de invertir el enfoque y dejar de comunicar lo obvio para conectar con creencias y después pasar a contar los datos. Preguntémonos lo que necesitan, lo que piensan, cómo actúan, cómo se sienten y con todas esas respuestas podremos rediseñar las experiencias que ofrecemos aportando valor tanto para ellos como para la marca. 

Planteemos la eficacia como meta en el sector health y aún más importante, midámosla, aportemos valor al cliente más allá de la creatividad y de la gestión, seamos parte de su estrategia y no solo de su ejecución.

Scroll al inicio