Beatriz Carrascal – Account Executive, Sudler Madrid.

122 casos/100.000 habitantes; 0,02%; 30%…

Solo números… 

Cuando hablamos de una enfermedad, estamos acostumbrados a que nos hablen de los pacientes con números. Es lo que lo que los médicos ven en los artículos científicos: estadísticas, porcentajes… Solo números. 

Pero detrás de esos números nos encontramos a un paciente, una persona, como cualquier otra, capaz de tener los mismos sentimientos que tú. Una persona a la que, un día, en una blanca y fría sala de hospital, le dieron la noticia de que algo en su cuerpo fallaba. 

Una persona cuyas prioridades debían cambiar, y que esas vacaciones que tenía preparadas para verano, posiblemente habría que replanteárselas. 

Una persona que tiene que cambiar sus rutinas. 

Una persona para la que, a partir de ahora, ir al hospital, a la consulta del doctor, se va a convertir en algo normal, de su día a día. 

Una persona que debe informar a las personas más cercanas que ya no está como antes. 

Una persona que tiene que ir con cautela, que cualquier cosa que la ocurra puede ponerla en peligro. 

Una persona que se enfrenta a miradas con lástima. 

Pero sobre todo, es una persona, como nosotros, como el médico, el enfermero, como todos. 

Este paciente, que muchas veces pintamos con un número, tiene una historia, una vida, unos sentimientos. 

El paciente importa, sus prioridades importan. La estadística nos puede ayudar a comprender una patología, pero realmente es el paciente el que carga con ella, el que convive con ella, y lucha contra ella día y noche. 

El paciente nos puede enseñar cómo se vive, cómo se lucha, acercar aún más al médico a la enfermedad, mirarla con otra cara. 

Conocemos en profundidad el Patient Journey pero no contempla las emociones del paciente, ni las del médico. Necesitamos profundizar en la experiencia de ambos, entender su situación y las emociones implicadas. Conocerlas nos permitirá acercarnos más a la historia real. El Patient Experience como proceso dentro de los momentos claves del Journey nos pueden ayudar a mostrar al personal sanitario y la sociedad la verdadera cara de una enfermedad, una cara en la que no hay números, solo hay historias, vidas.