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Apostando por la creatividad diversa

Por Gabriela Martín, Directora Creativa

Gabriela Martín, Directora Creativa

Si bien la palabra creatividad lleva implícita la diversidad, de ideas y enfoques, es una tendencia cada vez más generalizada la de buscar perfiles muy divergentes en los equipos creativos. 

El trabajo de un equipo creativo es fundamental para mantener la circulación de ideas frescas en una agencia y por tanto garantizar su continua innovación y supervivencia en el mercado.

El espacio que ocupan los equipos creativos dentro de las agencias va más allá de una serie de perfiles que encajen en puestos, el reto es mucho mayor. La creación se nutre de capacidades compartidas y de aprendizaje mutuo, de buen ambiente y de estímulo constante. La actividad creativa requiere, a su vez, de una mente abierta, de un interés por cultivarse, de un espíritu viajero (en el sentido más amplio); crece en lugares donde no existen los prejuicios y donde cualquier idea es tratada con el mimo de algo que puede, potencialmente, llegar a ser muy importante (a veces, no ahora, pero sí en algún momento).

Una tarea fundamental en los equipos creativos es fomentar y promover la diversidad también de experiencias, conocimientos y personalidad, lo que hoy ha visto un extrovertido, casi siempre centrado en los resultados, mañana lo verá un introvertido más centrado en los detalles y en el proceso.

Como guardianes y promotores del mundo de las ideas, los creativos florecen y crecen ante los retos y bien abonados por la confianza de su entorno, en primer lugar, la de sus compañeros de departamento, pero también es fundamental sentirse acompañados por ejecutivos, administrativos y todo un entorno que evoluciona gracias a ese mundo de ideas y que, por lo tanto, los valora. 

La diversidad, entonces, no es algo que simplemente “sucede” sino que debería ser la meta de aquellas agencias que quieran mantener la frescura en sus diseños y que quieran ser capaces de cambiar de registro, en estilo y en fondo, en cada campaña que planteen.

Cuando nos referimos a las épocas doradas de la creatividad publicitaria, no pensamos en esos años de tranquilidad o de estilos que se asemejan, nos referimos a imágenes disruptivas, complejas o sencillas (aunque la sencillez sea solo de apariencia) que nos atrapan sin saber muy bien el motivo, van directo al corazón y raramente nuestra razón puede “defenderse” de ellas. Se trata, al fin y al cabo, de forzar un poco el límite de lo correcto para poder llegar más allá.

Los perfiles diferentes garantizan la complementariedad en un proyecto, la diversidad de enfoques, estilos, conocimientos, cultura y experiencia. Por lo tanto, también es importante contar con equipos que sean multidisciplinares (y personas que lo sean) así como apostar por equipos multiculturales que pueden enfrentar el reto global con mayor rango de perspectivas.

Entonces tengamos compañeros, a ser posible, de varios lugares, y profesionales como: fotógrafos, ilustradores, diseñadores gráficos, videoeditores y diseñadores 3D, maquetadores, artefinalistas, creativos, directores de arte… pero, sobre todo, apostemos por gente curiosa, culta o cultivable, con ganas de crecer, de aprender, de enseñar, y que hagan por crear un verdadero ambiente creativo, y por procurar un espacio también para la experimentación y el “error” constructivo. 

Muchas empresas basadas en nuevas tecnologías apuestan por dejar un 20% del tiempo laboral para experimentar y para que las personas que hacen vida en ellas puedan plantear proyectos que sean positivos para la empresa y/o su entorno.

Con estos espacios abiertos podemos apostar por un resurgimiento, por una nueva era dorada de la publicidad con la seguridad que esta gran ola pondrá en positiva competencia las mentes creativas de las agencias y nos alegrará a todos la vista y el corazón.

¿Apostamos por ello?

 

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